miércoles, 28 de abril de 2010

Historia de la arquitectura de la Ciudad de Buenos Aires

Publicado originalmente en www.mirebuenosaires.com.ar

La evolución del paisaje arquitectónico urbano de la ciudad de Buenos Aires puede dividirse en 4 períodos, a través de los cuales podremos apreciar los cambios que se fueron produciendo en este arte de adaptar los espacios a las necesidades del hombre.

Esos cambios que están dados por distintos factores: políticos, sociales, económicos, han influido en la arquitectura y a través de ésta, los barrios fueron adquiriendo identidad propia.

1536 a 1810 Proceso Fundacional

El trazado fundacional fue en damero (16 manzanas paralelas al río y 9 manzanas perpendiculares en traza cuadricular).La arquitectura pública era sustentada por la autoridad impuesta por el rey y la arquitectura popular con mayor libertad en el tratamiento de la construcción.

Las primeras casas eran muy precarias hasta que aparecieron elementos nuevos como el adobe y la terracota., las ventanas eran cubiertas con cueros, los pisos de tierra y los techos eran de paja.Luego se incorporarían muros de gruesos terrones, puertas de madera y rejas de madera labrada.

En el período colonial, aparecería la herrería de obra, la teja muslera o colonial, la cerámica, el aljibe, la grasa animal (para aislar la humedad) y sangre vacuna para dar color a las paredes. Por último se incorporó la azotea, el aljibe (para canalizar las aguas de lluvia, caños de cerámica, patio de carruajes, portones de acceso y elementos decorativos del clasicismo italiano es decir "la casa colonial con secuencia de patios".

1810 a 1880 Proceso Pre Moderno

El entorno de la Revolución de Mayo fue de tono neoclásico y romántico. Se construye la Recova y la Pirámide, del pórtico de la Catedral y el Palacio de la Legislatura en la Manzana de las Luces. En 1821 Bernardino Rivadavia reglamenta el tejido urbano, se implementan las ochavas, se diagrama la avenida. Circunvalatoria (actuales Entre Ríos - Callao) y las 8 avenidas de este a oeste (4 al norte y 4 al sur). Se crean plazas públicas, el Cementerio de Recoleta y se proyecta el Puerto Nuevo.Todo este proceso convierte a Buenos Aires en la "Gran Aldea".

En 1871, a raíz de una epidemia de fiebre amarilla, las familias adineradas que tenían sus casonas en la zona sur, se vieron obligadas a emigrar hacia la zona norte y esas viviendas darían origen a los conventillos.

1880 a 1920, La Metrópolis Moderna

Considerada la época de mayor esplendor económico, crecimiento de la ciudad, extensión de infraestructura de servicios y transporte público.Se inician importantes obras públicas: la Casa de Gobierno, el Congreso (Palacio Legislativo), el Teatro Colón, el Palacio de Aguas Corrientes.

Las familias que tenían sus casonas en la zona sur hacen construir sus mansiones palaciegas en la zona norte (Retiro y Recoleta), donde se evidencia el poderío económico y se pone en juego el buen gusto y la creatividad de los arquitectos extranjeros, que proyectaron los lujosos palacios de estilo francés.

Hacia 1894 surgiría un modernismo antiacademicista: el Art Nouveau y el Art Decó. En el área vivienda aparece el Petit Hotel, distribuido en 4 niveles (subsuelo, planta baja y primera y segunda planta. Paralelamente surge el ascensor (1898), avances que marcan aún más las clases sociales.

1920 a 1990 Evolución de la Metrópolis Moderna

Período marcado por acontecimientos políticos y sociales: Crisis económica, resurgimiento de las clases populares.

Se advierte un desarrollo del barrio. Aquellos nucleamientos de vecinos, en torno de un club social y deportivo, los cafés de la esquina, los cines de barrio, las bibliotecas populares. Todas manifestaciones participativas de vecinos que conducirán a una suerte de "identidad barrial".

Modernos departamentos (habitantes en estantes) y casitas sobre lotes propios, en una sola planta y con pequeños fondos libres.Hacia 1930, luego de la visita a nuestro país de Le Corbusier, se inicia una nueva corriente arquitectónica, derivada de la Escuela de Chicago y otras, conocida como "el Racionalismo". (prioriza la armonía de los espacios, las formas resueltas por las funciones, sin adoptar ornamentaciones superfluas). Ej: El Kavanagh -1935-

A partir de 1945 se pretende dar una imagen de Estado poderoso, a través de la solidez y monumentalidad de sus edificios públicos y surgen nuevos emprendimientos de propiedad horizontal.

Ej: Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Fundación Eva Perón luego Facultad de Ingeniería y edificios con un nuevo elemento estructural para fachadas, "courtain wall" o muro cortina, que cambiaría la imagen monumental por la de transparencias: Mercado del Plata.

Luego se produciría una convivencia de diferentes tipologías constructivas que renovarían el paisaje urbano: el Plan Master Reciclaje de Puerto Madero, recuperando los viejos depósitos aduaneros (arquitectura ladrillera de los ingleses) y el complejo Catalinas Norte (Sheraton Hotel,-1972- primer edificio del complejo).

Desde 1980 hasta nuestros días, la ciudad fue invadida por nuevas tendencias y propuestas, surgiendo las llamadas arquitecturas comerciales volcadas al shopping y las renovaciones urbanas como autopistas y ensanches de rutas. Y bordeando la zona de Puerto Madero, aparecen nuevos edificios de oficinas (edificios inteligentes): Torre Bouchard (1994), Fortabat 1993), Edificio República (1994)

Texto: Susana Espósito

Bibliografía consultada:

Buenos Aires, estrategia urbana (Fundación Plural)

Historia de la arquitectura argentina - Jorge Glusberg

Guía de la arquitectura de Buenos Aires - ARte Gaoliannone

Revista Buenos Aires nos cuenta

Clarín (suplemento arquitectura)

Diario La Nación (suplemento arquitectura)

lunes, 26 de abril de 2010

Buenos Aires colonial.

La vida en los poco más de dos siglos en los que la ciudad fue colonia, discurría lenta y sin sobresaltos al sur de la plaza Mayor, en la parroquia de Catedral al sur, el primer barrio porteño, rebautizado Monserrat por la virgen del mismo nombre, o "barrio del tambor" por los tamboriles que tocaban los negros esclavos cuando bailaban el candombe durante los carnavales.
En la diminuta y chata Buenos Aires pasaban semanas sin llover, o llovía todos los días, fuera verano o invierno. O se secaba el foso alrededor del fuerte o se convertía en un lodazal la Plaza Mayor.
A las primeras calles, todavía sin nombres, se las conocía por el del vecinos más característico de la cuadra; eran de barro, con desniveles y pozos, las lluvias las volvía intransitables por las profundas huellas que dejaban las grandes carretas tiradas por bueyes, entonces había que trasladarse en sillas de mano, portadas por los esclavos.
Ya por 1738 casi todas las calles dejan su anonimato y reciben nombres de santos, en 1774 se los escribe con pincel sobre los muros blancos, para ese entonces ya había una especie de vereda para la gente de a pie y una precaria iluminación con faroles de velas y velones hechos de sebo o grasa.
En 1790 la situación mejora: se estrena empedrado en la pequeña aldea, la elegida es la calle de la Santísima Trinidad, la actual Bolivar, desde Victoria a Alsina.
A diferencia de los alrededores de la ciudad de México o Lima, no había piedra cerca de Buenos Aires, y tampoco abundancia de madera, solo barro y paja, por eso las primeras viviendas eran de adobe y no sobrevivieron al paso del tiempo, ni a las hormigas y ni a los roedores; aquellos ranchos tenían una sola planta rectangular, sin ventanas, techos de cañas y paja, pisos de tierra apisonada.
Con el tiempo las casas se agrandaron y mejoraron, pero siguieron siendo modestas, aún las de las familias poderosas. La riqueza se exhibía en la cantidad de esclavos y sirvientes, y en el mobiliario: espejos venecianos, sillones de Arequipa, tapices de Flandes, vajillas de porcelana, cubiertos de plata, cristales.
La influencia romana, griega y árabe, recibida vía la arquitectura del sur de España, se notaba en la manera de preservar la intimidad del hogar. Desde afuera sólo se veía la fachada de ladrillo o yeso, la maciza puerta de entrada y las ventanas con rejas, después venía el zaguán y la puerta cancel que daba al primer patio embaldosado y a las habitaciones de recibo, solamente los íntimos iban más allá de este límite.
Los dormitorios y la sala, centro de la vida familiar, daban al segundo patio, con un aljibe en el centro, a veces una fuente. El gran patio de servicio estaba al fondo, con la huerta y el gallinero, en unos de los lados se amontonaban los miserables cuartos de sirvientes y esclavos.
Como sus precedentes de la soleada Andalucía, las casas de la colonia eran construcciones alegres y luminosas, con sus muros blancos y los grandes patios perfumados por donde entraba la luz que inundaba los cuartos.

lunes, 22 de marzo de 2010

Quinto bachiller. Novela histórica.

Como les había comentado en clase, a los efectos de promover nuestra propia visión del bicentenario leeremos una novela histórica. Les paso aquí las tres opciones que he pensado, con algunos comentarios que he ido recogiendo en diferentes sitios. Les recuerdo que deben elegir una de ellas, y les pido que me cuenten su elección en la sección de comentarios.


Opción Nro. 1 La logia de Cádiz, de Jorge Fernández Díaz

Ésta es una novela reciente, publicada en 2008, sobre la figura de José de San Martín. Me gustó esta recomendación, que encontré en un fotolog, de una lectora muy joven: "...Este libro nos muestra una manera distinta de ver a San Martin.No nos lo presenta como un hombre de bronce como siempre lo mostraron los milicos o la revista Billiken y Anteojito, pero tampoco le da con un palo al procer como suelen hacer muchos historiadores revisionistas al pedo para hacerse los rebeldes. Acá nos muestra al San Martín guerrero: un hombre serio, duro, estricto y boca sucia(porque era re-guarango), a tal punto que sus soldados le tenian más miedo a el que al enemigo. Pero tambien nos muestra a un San Martín más humano y enamoradizo(ya que tambien habla de su relacion con remedios).Esta novela histórica está dividida en dos partes:la primera habla de sus años en España y de la batalla de Bailen, de la que tuvo tal papel que le dieron una medalla. Y la otra es de cuando se va a América y lleva a cabo la batalla de San Lorenzo, su primera batalla en territorio americano..."


De esta novela hay una versión en Booket, en la colección Bicentenario a $29. Después hay otras ediciones pero son más caras. Les dejo un link a tematika para que la vean


Opción Nro. 2 Lupe, de Silvia Miguens


Esta novela se centra en la vida de María Guadalupe Cuenca quien a sus escasos trece años conoce y contrae matrimonio con Mariano Moreno. Escrita en 1997, su autora ganó un premio muy importante por esta novela, el Ricardo Rojas, y luego escribió otras obras, entre las que se detacan una biografía de Eva Perón, y la novela Ana y el virrey sobre la relación de amantes que tenían Ana Perichon, que también es un personaje de Lupe, y el virrey Liniers. Diferentes acontecimientos de la historia se muestran bajo la mirada a veces sumisa, a veces rebelde, de Guadalupe, y a través de ella conocemos la acción política de Mariano Moreno, retratado como un hombre que siempre pone por delante sus convicciones.

En Maxi Tusquets hay una edición a $39 . Aquí el link en Tematika para que la vean

Opción Nro 3. La revolución es un sueño eterno, de Andrés Rivera



Esta novela se detiene en los últimos días de uno de los representantes de la Primera Junta y orador de la Revolución, Juan José Castelli. casteli ya no puede hablar, pero escribe, piensa, sobrevive a la enfermedad, al invierno, a una revolución, para él, fallida. Escribe, piensa, recuerda, se pregunta, ama, pero no habla.

Dice su autor, Andrés Rivera, en una entrevista: Recuerdo que La revolución... termina con una pregunta: ¿Qué revolución compensará las penas de los hombres?, lo que -a mi entender como lector- implica que Castelli también se preguntaba acerca de la sociedad de su tiempo. Y me parece difícil que su pregunta no pueda trasladarse a nuestros días.


Opción en Booket hay una edición a $28. Aquí el link a Tematika para que la vean

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Segundo bachiller. Romeo y Julieta. Una parodia

Romeo frente al cadáver de Julieta
de Georges Cahoon

Marco Denevi, en “Falsificaciones”

Cripta del mausoleo de los Capuletos, en Verona. Al levantarse el telón, la cripta, en penumbras, deja ver un túmulo, y, sobre éste, el cadáver de Julieta.
Entra ROMEO con una antorcha encendida. Se acerca al túmulo. Contempla en silencio los despojos de su amada. Luego se vuelve hacia los espectadores.
ROMEO.-¡Era, pues, verdad! ¡Julieta se ha suicidado! Veloces mensajeros, oculto el rostro chismoso tras la máscara de un falso dolor, corrieron a Mantua a darme la noticia. Pero, junto con la noticia, hacían tintinear en el aire la intimación de que volviese, la amenaza de que, en caso contrario, me trerían por la fuerza. Todos se despedían de mí con el mismo adiós: "Romeo, ahora sabrás cuál es tu deber". He comprendido. He vuelto. Aquí estoy. No he encontrado a nadie en el camino. Nadie me estorbó el paso para que llegase a este lúgubre sitio y me enfrentase a solas con el cadáver de Julieta. Excesivas casualidades, demasiada benevolencia del destino, sospechoso azar. Alcahuetería de la noche, ¿Cuál es tu precio? Los que te han sobornado ahora me espían, huéspedes de tu sombra. Aguardan que les entregues lo que les prometiste. ¿Y qué les prometiste, noche rufiana? ¡Mi suicidio! Así podrán dar por concluida esta historia que tanto los irrita y que, en el fondo, los compromete de una manera fastidiosa. Julieta ya ha escrito la mitad del epílogo. Ahora yo debo añadirle la otra mitad para que el telón descienda entre lágrimas y aplausos, y ellos puedan levantarse de sus asientos, saludarse unos a otros, reconciliarse los que estaban enemistados, tú, Montesco, con vos, Capuleto, y luego volverse a sus casas a comer, a dormir, a fornicar y a seguir viviendo. Y si no lo hago por las buenas, me obligarán a hacerlo por las malas. Me llamarán Romeo de pacotilla, amante castrado, vil cobarde. Me cerrarán todas las puertas. Seré tratado como el peor de los delincuentes. Terminarán por acusarme de ser el asesino de Julieta y alguien se creerá con derecho a vengar ese crimen. O escribo yo la conclusión o la escribirán ellos, pero siempre con la misma tinta: mi sangre. De lo contrario la muerte de Julieta los haría sentirse culpables. Suicidándonos, Julieta y yo intercambiamos responsabilidades y ellos quedan libres. (A Julieta.) ¿Te das cuenta, atolondrada? ¿Te das cuenta de lo que has hecho? ¿Tenías necesidad de obligarme a tanto? ¿Era necesario recurrir a estas exageraciones? Nos amábamos, está bien, nos amábamos. Pero de ahí no había que pasar. Amarse tiene sentido mientras se vive. Después, ¿qué importa? Ahora me enredaste en este juego siniestro y yo, lo quiera o no, debo seguir jugándolo. Me has colocado entre la espada y la pared. Sin mi previo consentimiento, aclaro. Nací amante, no héroe. Soy un hombre normal, no un maniático suicida. Pero tú, con tu famosa muerte, te encaramaste de golpe a una altura sobrehumana hasta la que ahora debo empinarme para no ser menos que tú, para ser digo de tu amor, para no dejar de ser Romeo. ¡Funesta paradoja! Para no dejar de ser Romeo debo dejar de ser Romeo. (Al público.) Esto me pasa por enamorarme de adolescentes. Lo toman todo a la tremenda. Su amor es una constante extorsión. O el tálamo o la tumba. Nada de paños tibios, de concesiones, de moratorias, de acuerdos mutuos. Y así favorecen los egoístas designios de los mayores, que aprovechan esa rigidez para quebrarles la voluntad como leña seca. (Otro tono.) Ah, pero yo me niego. Me niego a repetir su error. Todo esto es una emboscada tendida con el único propósito de capturarme. Señores, miladis, rehúso poner mi pie en el cepo. Amo a Julieta. La amaré mientra viva. La lloraré hasta que se me acaben las lágrimas. Pero no esperéis más de mí. No me exijáis más. La vida justifica nuestros amores, en tanto que ningún amor es suficiente justificación para la muerte. Buenas noches.
(Arroja la antorcha en un rincón, donde se apaga; se emboza la capa y sale.
La escena queda sola unos instantes. Luego entran dos PAJES conduciendo el cadáver de ROMEO con una daga clavada en el pecho. Lo depositan a los pies del túmulo. Uno de los PAJES coloca una mano de ROMEO en la empuñadura de la daga. Se retiran.
Entra FRAY LORENZO. Cae de hinojos. Alza los brazos.)
FRAY LORENZO.- ¡Oh amantes perfectos!

lunes, 26 de octubre de 2009

Nacimientos: ¡chicho, dame más papa!

La culpa podría ser, una vez más, de esa vieja que lo devora todo. Lo cierto es que a Roberto Cossa le cuesta precisar cuándo y dónde escribió las diferentes versiones de La Nona. Quizá -como dice- porque el personaje es demasiado astuto. Ahora, festejando el éxito de Yepeto, su última obra, Cossa rememora el tiempo en que se divirtió haciendo la primera Nona, entre el '70 y el '71 cuando ella se escurría, con su rostro achacoso, entre los gestos exagerados de un italiano laburante. Precisamente de ese abuelo materno, carpintero en El Palomar, que trabajaba doce horas diarias para que cada uno de sus ocho hijos tuviera profesión. Copió su forma de pedir comida, sus giros idiomáticos, sus tics. Dio vuelta por completo esa entrega al trabajo, a las obligaciones, y se los entregó al personaje que iba a enamorar a Pepe Soriano.

También hurgó en su álbum familiar y dio forma a la tía, de una propia, una mujer tan inocente que se mareaba con el vinagre de la ensalada. Carmelo fue un poco su padre y el resto de los personajes seres que se componen de muchos otros, retaceados a la calle o al insomnio. El libro formaba parte de un ciclo que junto con Somigliana y Talesnik, preparaban para canal 9.
-Romay lo quería para que Pepe Soriano fuera el protagonista. Pagó los trece libros que le entregamos, pero los guardó en un cajón.
El autor sintió, junto con los demás del grupo, cierta frustración. La Nona lo había hecho sentir muy libre, tanto como El avión negro, cuando rompía con sus propios esquemas teatrales. Además le permitió reír (algo bastante difícil para un periodista que cubría la plana política en aquellos años) y fue el motivo principal para convencer a su jefe de La Opinión para que le dejara tomarse licencias de una semana, cada cierto tiempo.

Pasaron más de tres años. En enero del año '74, canal 13 puso La Nona, interpretada por Norah Cullen, con Osvaldo Terranova, Dringue Farías y Miguel Ligero. Tuvo buena repercusión. Terranova, Martha Degrazia, la mujer de Cossa, y Rudy Catari, le insistieron en que trabajara la obra para teatro. Pero Cossa se negaba. En parte porque no retoma historias que da por terminadas, y muy especialmente porque ya el país estaba sumergido en plena violencia. El dramaturgo quedaba relegado por el periodista. Cossa tenía que estar donde la profesión y el gremio lo requerían.
Vino el golpe del '76. En El Cronista Comercial, donde trabajaba, ofrecían una buena indemnización para los que aceptaran renunciar. Cossa tomó una determinación y recibió trece sueldos. Por consejos de su mujer, los cambió en dólares. Ambos sacaron pasaportes, se anotaron en ELMA. mandaron carta a un amigo de España. Vino también la primera mudanza estratégica. Del viejo departamento de Córdoba y Uruguay a Mármol y Agrelo. En ese tiempo muerto, y para dejar de pensar en la partida, retomó La Nona.

-Era casi la misma historia que escribí para televisión, solamente le agregué diálogos para llevarla al teatro.
Trabajó dos meses seguidos, prácticamente con el mismo ritmo que llevaba en el diario. Sólo que se impuso un horario, casi de banquero, de 12 a 16. La rutina le servía como refugio. Una tarde se reunió el grupo para hacer la primera lectura de La Nona. Apenas terminó de leer, Carlos Gorostiza se la pidió para dirigirla, con la condición de que la hiciera un hombre.
-Todavía no me daba cuenta de la dimensión metafórica, asexuada, que toma en un actor. Cuando una actriz hace el personaje, la cosa no funciona igual.
En ese tiempo, a veces largo, a veces corto, donde se decidía si se hacía la obra, cómo y con quién, Cossa continuaba asediado por las muertes, las desapariciones en su entorno, las ganas de irse. Vino otra mudanza. Como remedio contra el temor se empecinó en pulir la obra. Escuchó los consejos de Gorostiza y María Luz Regás:
"La Nona es muy linda, muy divertida, pero da para más"
-Se ve que en mi subconsciente ya estaba fijada la violencia, la muerte. Por eso rehice la segunda parte, cuando los personajes mueren uno por uno y la vieja destruye todo.

Fue la voracidad de la Nona la que acabó con el miedo de Cossa. aunque ahora se ría y diga que son milagros del trabajo teatral, la fuerza del grupo, la seguridad que se consigue entre todos. Cuando en agosto de 1977 se estrena la obra en el Lassalle, ya ni se acuerda del viaje. Por cábala, toca madera cuando le dicen que la obra interpretada por Ulises Dumont es un éxito. A los pocos días, arrojan una bomba incendiaria en la entrada de la sala. Se rompen los vidrios de la puerta, se quema parte de la alfombra, pero nada más. El grupo decide silenciar el asunto, que juzga como una advertencia. Brandoni, es el primero del reparto que debe irse del país. Sobrevienen los reemplazos casi sin interrupción. El público llena la sala del Lassalle.

Tiempo después, un alto funcionario les advierte que desde el Ministerio del Interior se intenta prohibir la obra. El grupo reúne las críticas y comentarios que se publican y los envía al Ministerio. La estrategia resulta y la prohibición de La Nona es sólo para menores de 18 años. Al año y medio, la pasan a la sala del Instituto de Arte Moderno. Pese al éxito, la situación económica comienza a pesar sobre el elenco.Antes de bajarla de cartel, Héctor Olivera habla con Cossa para llevar la obra al cine. Ya la vieja italiana, ese personaje terrible que algunos identifican con la inflación, otros con el imperialismo y Cossa con la muerte, queda consagrada en el exterior. Soriano se come a la Nona. La Nona se come al público.

Publicada originalmente en Crítica, 1987.
Link original: http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/esto/revdesto226.htm

miércoles, 14 de octubre de 2009

Cuarto construcciones. Trabajo práctico sobre policial negro

Cuarto Construcciones. Tercer trimestre Trabajo práctico

La variante negra y argentina del policial

Trabajo práctico individual
Fecha de entrega: 22 de octubre de 2009

Textos: Goligorsky, “Orden jerárquico”, Feinmann “Últimos días de la víctima” (selección de capítulos en la fotocopiadora) y película del mismo nombre (Aristarain, 1982), Borges “La muerte y la brújula”

Introducción

Eduardo Goligorsky publica “Orden jerárquico” en 1975. Casualmente gana un premio en un concurso de cuentos policiales organizado por la revista 7días, del cual Borges es jurado. Casualmente en el mismo concurso fue premiado “La loca y el relato del crimen”, de Ricardo Piglia. Asimismo, José Pablo Feinmann publica su novela “Últimos días de la víctima” en 1979, siendo llevada al cine por Adolfo Aristarain con guión del mismo Feinmann en 1892. “La muerte y la brújula”, en cambio, es un relato bastante anterior. Fue publicado en 1948 en Ficciones, una de las obras centrales de Jorge Luis Borges.
Este trabajo tiene dos objetivos: por un lado, identificar en estas obras las características de la variante negra del policial, y por el otro, ver en “Últimos días de la víctima” la reelaboración y la reescritura de los cuentos de Borges y Goligorsky.

Preguntas

1. Dice el escritor argentino Ricardo Piglia: “Los relatos de la serie negra (los thriller, como lo llaman en Estados Unidos) vienen a narrar lo que excluye y censura la novela policial clásica. Ya no hay misterio alguno en la causalidad: asesinatos, robos, estafas, extorsiones, la cadena siempre es económica” ¿Cómo aparecen estos elementos en los relatos y la película?
2. Dice el escritor norteamericano Raymond Chandler: “El autor realista de novelas policiales habla de un mundo en el que los gángsters pueden dirigir países: un mundo en el que un juez que tiene la bodega clandestina llena de alcohol puede enviar a la cárcel a un hombre apresado con una botella de whisky encima” ¿Cómo se expresan estas relaciones de poder en “Orden jerárquico”?
3. Encuentren por lo menos tres puntos en común entre “Últimos días de la víctima” y “Orden jerárquico”. Se recomienda usar la selección de capítulos de la novela.
4. Analice el personaje de Mendizábal, e identifique cuáles son los elementos típicos del género policial que confluyen en su propia persona. Compare con “La muerte y la brújula”.
5. Identifique en “La muerte y la brújula” elementos del policial clásico y del policial negro ¿Cuál es el móvil del crimen? ¿Cuáles son las pistas que desvían a Lonrot? ¿Mediante qué elementos se da la resolución del crimen?

Producción escrita.

Observen la imagen que se encuentra aquí , cuyo autor es el fotógrafo Martín Katz, a quienes ustedes ya conocen.
De acuerdo a las características del policial negro, imagine un personaje y una situación acorde al género, inspirada por la fotografía. Deténgase en los detalles: los colores, la expresión del rostro, aquello que se ve y también lo que no se ve. Imagine un rol para la persona retratada ¿es el criminal, la víctima, el detective? Imagine una situación posible ¿escapatoria/persecución? , y desarróllela, y un ambiente (el campo, la ciudad, la ruta, el atardecer, la noche). Describa estos elementos en no menos de quince líneas. Si puede construir una narración, o el principio de ella, mucho mejor.

Puntaje: cada pregunta vale un punto, la producción escrita cuatro. El punto restante se agrega si el trabajo es prolijo, está bien escrito y la ortografía y la puntuación son adecuadas.
Dos trabajos iguales, o prácticamente idénticos serán calificados con 1 (uno)